domingo, 10 de junio de 2012

Celiaquía y embarazo.

La enfermedad celíaca –intolerancia al gluten– puede incidir en la fertilidad de una mujer, porque la mala absorción de vitaminas y minerales que genera puede suprimir la acción de las hormonas que estimulan la ovulación. Así lo explicó el ginecólogo Sergio Pasqualini, especialista en fertilidad.

Además, según agregó el especialista, “una mujer celíaca deberá enfrentar el problema del bajo peso relacionado con esa mala absorción”. Esto se debe a que los trastornos alimentarios menores, que no llegan a los extremos de la bulimia o la anorexia, pueden llevar a trastornos en la fertilidad, ya que estos desajusten pueden afectar al ciclo ovulatorio en las mujeres, y a la producción de espermatozoides en el varón.

“El mecanismo por el cual se produce la ovulación es un mecanismo de relojería perfecto,  por lo tanto, cualquier alteración de ese equilibrio puede verse reflejada en un cambio en la ovulación –detalló Pasqualini, director del centro privado Halitus en Buenos Aires–. Pero además, debe tenerse en cuenta que no sólo puede verse afectada la ovulación sino también la calidad de los óvulos y esto también puede ser un problema a la hora de buscar un embarazo”.


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“En nuestra experiencia, no son pocas las mujeres que llegan a la consulta sin haber sido diagnosticadas como celíacas y al realizar los estudios para establecer las causas de infertilidad aparece el problema”, destacó.

Todo gira en torno de la alimentación. La celiaquía –cuyo día mundial se celebró el pasado sábado 5 de mayo– es una afección autoinmune caracterizada por una intolerancia al gluten, una proteína presente en el trigo, la avena, la cebada y el centeno. El organismo de la persona celíaca no realiza adecuadamente el proceso de digestión de los alimentos que contienen esta proteína.

Por eso el tratamiento de la enfermedad celíaca, para la cual hasta la fecha no existen medicamentos, no es otro que una dieta adecuada libre de gluten. Se calcula que en la Argentina este problema afecta a una de cada 150 personas y que por cada persona celíaca diagnosticada hay otras 9 sin diagnosticar aún, porque solamente un 20% de los pacientes manifiesta síntomas clínicos.

“El sistema de incorporación y asimilación de alimentos –agrega por su parte Pasqualini– es complejo e involucra distintos mecanismos que interactúan entre sí aumentando las células de la pared intestinal y los anticuerpos específicos de esta afección”.

La sintomatología. “Como resultado de una menarca tardía y una menopausia precoz –que suelen funcionar de hecho como síntomas de la enfermedad celíaca–, las pacientes con este problema suelen presentar un período reproductivo más breve y demorar más en el logro de un embarazo”, indica el especialista, quien se refiere a ciertos estudios clínicos que mostrarían una mayor incidencia de abortos a repetición.
Para Pasqualini, “es importante trabajar en conjunto con el médico que las controla y el nutricionista”, dado que la celiaquía “puede agravarse durante el embarazo o en el postparto”.





 Los síntomas de la enfermedad celíaca son en realidad bastante inespecíficos: excesivo cansancio, pérdida inexplicable de peso, recurrencia de depresión o irritabilidad, dermatitis en forma de herpes, llagas en la mucosa de la boca y, sobre todo, malestares gastrointenstinales muy frecuentes, ya que la patología se manifiesta fundamentalmente por una inflamación crónica del duodeno.

Si la mujer sospecha que es celíaca pero no lo sabe a ciencia cierta, es importante que se le realice el chequeo correspondiente –mediante un análisis de sangre puede efectuarse el diagnóstico– porque el déficit alimentario que genera, según advierte el especialista, “puede traer consecuencias en el desarrollo fetal”.

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